Ni tan secretas confesiones
24 agosto, 2008
"Linda vista ¿no?" by ISIDORA LABARCA
Abrí mis ojos y sonreí, recuerdo que ese día me sentía extrañamente bien, como cabra chica que sabe que está haciendo algo malo y en realidad en parte era así y lo sabía, pero no me importó.
Habíamos quedado en juntarnos antes de que partiera rumbo a Santiago, así que estaba pendiente del celular. El día era perfecto, llovía y estaba helado, daba para pensar en una situación de mayor cercanía y eso hacía que me pusiera aun mas nerviosa, pero de esos nervios que envician, de los que quieres mas y mas.
Hora: 18:15, el panorama mejoraba, sumen a la lluvia y el frío: la noche. No sabía muy bien donde iríamos, para mi estaba bien con ir a conversar a algún lugar tranquilo, sin mucha gente, ojala con una taza de café, claramente, eso no estaba en sus planes.
La verdad no voy a dar detalles del lugar al que llegamos, por que en sí es un sitio típico, clásico dirían otros, rascas algunos y yo tan solo digo que es un lugar bien bonito, medio solitario y con una linda vista… ya? Da igual, bueno, no tanto en verdad por que el lugar tenía un significado e implicaba una toma de decisión que no se me había pasado por la mente, entonces hablaba y hablaba para poder entender si es que había algho que entender, pero rápidamente el dialogo se vio interrumpido por un beso y otro y otro… era mejor estar en silencio.
El tiempo se pasó volando, no lo sentimos, como tampoco la lluvia, que después me enteré había sido un temporal.
El hombre en cuestión debía partir y pasar a buscar a Pepe, nuestro amigo en común, que en realidad es mas amigo de él, en fin, pero Pepe ya se había ido por que llamó y llamó y no obtuvo respuesta, hasta hoy no creo que sepa que el motivo era yo. Me fue a dejar a mi casa y durante viaje iba pensando en que estaba pasando, que iba a pasar, en que iba a terminar todo esto. En ese minuto no dimensioné absolutamente nada, solo lo miré y sonreí, me pareció perfecto y puse mi mano sobre la de él.
Habíamos quedado en juntarnos antes de que partiera rumbo a Santiago, así que estaba pendiente del celular. El día era perfecto, llovía y estaba helado, daba para pensar en una situación de mayor cercanía y eso hacía que me pusiera aun mas nerviosa, pero de esos nervios que envician, de los que quieres mas y mas.
Hora: 18:15, el panorama mejoraba, sumen a la lluvia y el frío: la noche. No sabía muy bien donde iríamos, para mi estaba bien con ir a conversar a algún lugar tranquilo, sin mucha gente, ojala con una taza de café, claramente, eso no estaba en sus planes.
La verdad no voy a dar detalles del lugar al que llegamos, por que en sí es un sitio típico, clásico dirían otros, rascas algunos y yo tan solo digo que es un lugar bien bonito, medio solitario y con una linda vista… ya? Da igual, bueno, no tanto en verdad por que el lugar tenía un significado e implicaba una toma de decisión que no se me había pasado por la mente, entonces hablaba y hablaba para poder entender si es que había algho que entender, pero rápidamente el dialogo se vio interrumpido por un beso y otro y otro… era mejor estar en silencio.
El tiempo se pasó volando, no lo sentimos, como tampoco la lluvia, que después me enteré había sido un temporal.
El hombre en cuestión debía partir y pasar a buscar a Pepe, nuestro amigo en común, que en realidad es mas amigo de él, en fin, pero Pepe ya se había ido por que llamó y llamó y no obtuvo respuesta, hasta hoy no creo que sepa que el motivo era yo. Me fue a dejar a mi casa y durante viaje iba pensando en que estaba pasando, que iba a pasar, en que iba a terminar todo esto. En ese minuto no dimensioné absolutamente nada, solo lo miré y sonreí, me pareció perfecto y puse mi mano sobre la de él.
Isidora Labarca
