Ni tan secretas confesiones

Los hijos… un largo tema a desarrollar y más que eso, una vida que cuidar.

Quienes aun no tenemos hijos solemos pensar en que pasaría si llegáramos a engendrar uno, ahí la imaginación suele ir a la velocidad de la luz, primero, que me muero…. No, sería pésimo, no es el momento, no, no y no. Luego, no nos parece tan mala la idea, al fin y al cabo es algo normal que en algún momento tendremos que vivir… ¿pero cuando?, ¿Cuál es el mejor momento para ser madres?, ¿existe en verdad?

Creo que si nos ponemos a buscar el mejor momento, el más adecuado, se nos puede ir la vida y jamás habremos podido vivir esa experiencia. Me parece que es egoísta buscar ese tiempo, tal vez nunca estemos preparadas para ser madres, no hay un manual para ello y solo en el camino iremos aprendiendo a desarrollar esa labor.

A mis 23 años, puedo sostener que no me desagrada la idea, más no me deja de atemorizar, antes pensaba que era casi el fin del mundo, hoy pienso que no quiero estar sola, que quiero compartir mi vida no sólo con el hombre que amo, sino que con un ser muy especial, alguien sangre de mi sangre y fruto de mi amor.

¿Será que ya despertó en mi el “reloj biológico”?, no se, ahora, no ando como loca tratando de quedar embarazada, poniéndome en posición de vela cada vez que termino de “hacer el amor”, ni menos creyéndome a Charlotte , solo digo que lo que tenga que pasar que pase y que si llega muy bienvenido sea.